Oporto en tres días

¡Hola de nuevo viajeros/as!

Después de tanto tiempo, aquí estamos de nuevo con un blog nuevo. Esta vez vamos hablaros sobre otra ciudad de nuestro país vecino, Portugal, como es Oporto. Realmente es una ciudad que se ve rápido y con este blog que os vamos dejar, se os hará más fácil manejaros por esta ciudad portuguesa. 

Habréis escuchado que Oporto es una ciudad llena de subidas y bajadas, ¿verdad? No obstante, hacer un planning para conocerla mejor no es tan complicado, o al menos a nosotros se nos hizo fácil. Como hemos dicho, Oporto está llena de subidas y bajadas, pero al tener un centro histórico pequeño, no sufriréis tanto, aunque a veces las cuestas harán que en más de una ocasión vayáis con la lengua fuera. 

En este viaje, visitamos los lugares turísticos teniendo siempre en cuenta el terreno en el que nos movemos, para no tener que quedarnos sin aliento; no obstante, subiréis cuestas, pero intentaremos que sean las menos posibles. 

En el siguiente blog de qué ver en Oporto en 3 días, os vamos a señalar y enseñar los lugares más destacados que ofrece esta ciudad bañada por el río Duero, con el objetivo de no dejarnos ningún rincón sin conocer y empaparnos de esta cultura y gastronomía. Es por ello que estamos seguros que este blog os servirá para aprovechar vuestros días al máximo.

¿Nos acompañáis?

Antes de que se nos olvide… sabéis que nosotros siempre viajamos asegurados por si ocurre cualquier imprevisto y ahora más que nunca. Por todo ello, nosotros usamos los de IATI seguros que si lo contratáis desde este enlace, os harán un 5% de descuento, ¿qué os parece? Enlace IATI

OPORTO EN 3 DÍAS

DÍA 1: Estación de trenes de Sao Bento, Catedral de Oporto, Palacio de la Bolsa, Iglesia de San Francisco y Gaia.

DÍA 2: Iglesia de San Ildefonso, Plaza de la Libertad, Torre de los Clerigos, Iglesia del Carmen, Rua Santa Catarina y Capela das Almas.

DÍA 3: Librería Lello y Miradouro da Vitoria.

Y después de este mini resumen… ¡Empecemos con nuestro planning 

Día 1: Estación de trenes de Sao Bento, Catedral de Oporto, Palacio de la Bolsa, Iglesia de San Francisco y Gaia.

Antes de nada, creemos que 3 días es el tiempo ideal para poder visitar  Oporto y ver los sitios con tranquilidad. Además, es una ciudad que se recorre bien a pie y posiblemente el transporte público lo uses 1-2 veces, sobre todo si tienes un alojamiento bastante céntrico. Para nuestro viaje, estuvimos alojados en el Hotel Mystay Porto Batalha. Realmente nuestra estancia en él no fue la mejor, pero puede que os sirva para vuestros viajes, porque a nivel de ubicación está muy bien. No obstante, hay muchos alojamientos en Oporto que tienen todo lo importante a menos de 5-10 minutos andando.

La primera parada, al tenerla al lado del hotel, fue la Estación de trenes de Sao Bento. Es la estación central de Oporto, pero lo más característico son las paredes cubiertas con más de ¡20.000 azulejos! que muestran escenas de batallas y la historia de los transportes. Veréis que, son miles los pasajeros que entran o salen de la estación sin fijarse en los azulejos y son una auténtica maravilla.

Una vez vista la estación, la cual podéis ver en cualquier momento porque está ubicada en el centro de la ciudad, proseguiremos hacia la Sé de Oporto (la Catedral de esta ciudad). Se trata de nada menos que con una catedral-fortaleza del siglo XII. Además, no tiene pérdida: la imponente y recia mole de piedra, asomada a la ladera de una de las colinas sobre las que se extiende Oporto, se ve desde casi cualquier punto de la ciudad. Eso sí, en su interior nos encontramos con un estilo barroco –totalmente distinto a aquella función de fortaleza– del siglo XVIII. En el interior de la misma podréis disfrutar de los primeros azulejos portugueses de la ciudad. Asimismo, encontraréis un hermoso  patio y claustro que, aunque haya que pagar (3€/persona), merecen mucho la pena. 

Tras admirar este bello edificio, nos dirigiremos hacia el Palacio de la bolsa. Éste fue el antiguo convento de San Francisco y se convirtió en el Palacio de la Bolsa a mediados del siglo XIX. Solo se puede acceder con visita guiada, por lo que os recomendamos la reserva con tiempo, ya que la visita es un imprescindible en Oporto; puedes hacerlo desde su página oficial Palacio da Bolsa. Dentro de este majestuoso edificio encontraréis un hermoso patio de naciones, con su cúpula de metal y cristal. Su esplendor es tal que es en el Palacio de la Bolsa donde se llevan a cabo las recepciones oficiales de jefes de Estado que visitan la ciudad. El precio de la entrada es:

  • Adultos: 7,50 €.
  • Estudiantes y jubilados: 4 €.
  • Menores de 12 años: entrada gratuita.

A unos pocos metros de este edificio, se encuentra nuestra siguiente parada: Iglesia de San Francisco. En este punto, os tenemos que ser sinceros y comentaros que no fue un espacio al que pagaríamos por entrar, ya que la iglesia nos pareció muy oscura, sin nada excepcional, pero eso no quiere decir que vayáis y os guste, ¡todo es valorable! De hecho, si os ponéis a leer opiniones sobre esta iglesia, todas son muy positivas, pero la verdad es que a nosotros nos decepcionó…

Más allá de que el convento de San Francisco se transformara en un espacio laico, la iglesia de São Francisco sigue alzándose en su lugar original. Un poco como sucede con la Sé, el exterior sobrio esconde, de nuevo, un derroche barroco en su interior, pero lo más destacable es que esconde nada menos que ¡media tonelada de pan de oro!¿Qué os parece? El precio de la entrada (7,50€/persona) incluye la visita a su museo, con piezas de plata y cerámica, retablos, cuadros… y sus catacumbas. En ellas, se enterraba a los grandes de Oporto. Eso sí, no esperéis esculturas creadas con huesos humanos ni nada de esa temática, no son las catacumbas de París.

Tras visitar esta iglesia, nuestro recorrido sigue por el paseo que se encuentra al lado del río Duero y como no, hasta llegar al maravilloso y tan famoso puente de Oporto. En este punto, y dependiendo de la hora que sea, tenéis 2 alternativas: 

  1. Atravesar el puente de Don Luis I y visitar toda la zona de Gaia y sus bodegas.
  2. Si es hora de comer y empiezas a tener hambre, tenemos una alternativa en la zona de Oporto en el que comer es una auténtica aventura.

Nosotros os recomendamos, seguir conociendo la ciudad, pero también depende de la hora que sea. Si seguís haciendo turismo, no hay nada tan emblemático para ver como es el puente de Don Luis I.  A pesar de su aspecto, que puede recordar a la Torre Eiffel de París, el puente Don Luis I no es obra del ingeniero francés. Fue diseñado por Théophile Seyrig, que también había sido el responsable del cercano puente de María Pía.

¿Sabíais que…?

Sentimos comunicaros que no hay ningún puente de Gustave Eiffel en Oporto por mucho que hayáis leído. El de María Pía se basa en un diseño suyo pero, dada la poca experiencia de la empresa en la construcción de puentes, se pidió al mismo Théophile Seyrig que lo revisara y modificara. Si, además de cruzarlo caminando, queréis navegar bajo él, ¿qué os parece el crucero de los seis puentes que te lleva a visitar todos los puentes sobre el Duero de Oporto? Nosotros este recorrido no lo hicimos el primer día, más que nada porque preferíamos hacerlo otro día. De todos modos, podéis coger las entradas desde este enlace de Civitatis.

Tras cruzar el puente por la parte baja del mismo, aunque se puede hacer por la parte superior, llegaréis a Gaia. En esta zona encontraréis bodegas de vino y qué menos que parar y probar el vino de Oporto. En nuestro plan no estuvo el probar el vino, pero no está de más cumplir con el ritual y visitar la bodega Sandeman. En ésta, os explicarán que solo puede haber bodegas de oporto en esa parte de la ciudad –el barrio de Gaia y en la orilla del Duero– por sus condiciones climáticas y de humedad. Además, os explicarán el proceso de producción del oporto, que mantiene su dulzor al parar la fermentación añadiendo alcohol a los toneles.

En este punto, os tenemos que contar que muy cerca de la bodega Sandeman se encuentra una de las obras de arte urbano más llamativas –aunque todas lo son– de Bordalo II: un gigantesco conejo hecho de basura en la esquina de un edificio. Realmente impresiona esta obra de arte y más de qué está hecha. No suele haber mucha gente, pero es un punto bastante interesante en el que hacerse una foto es casi obligatoria.

Bien, entendemos que, al igual que pasa en Oporto, la zona de Gaia está llena de pendientes y es posible que os de pereza máxima subir hasta lo alto, pero realmente merece la pena, solo por las vistas que ofrece. Una de las alternativas es tomar el teleférico de Gaia, pero… ¿realmente merece la pena?  Tenemos que admitir que el precio del teleférico de Gaia es alto –6 € por trayecto, 9 € la ida y vuelta–. Tiene dos puntos a su favor: evitar la subida hasta el Jardím do Morro y las vistas desde las cabinas. ¿Merece la pena? Depende de si el día acompaña: si llueve o está cubierto las vistas no serán las mejores. Eso sí, si llueve, la cuesta hasta arriba puede ser todavía más dura. Tal vez podáis subir y luego bajar caminando o subir caminando y luego moveros en metro hasta el centro de la ciudad. Eso queda a vuestra elección, pero sí es cierto que no está de más callejear por las callejuelas de la zona de Gaia, siempre y cuando tengáis tiempo. 

Sea como sea, tendréis que llegar hasta lo más alto del barrio de Gaia. A pesar de que la mayoría de las guías recomiendan las vistas desde el Jardím do Morro, nosotros os recomendamos que hagas un esfuerzo más para llegar al Miradouro da Serra do Pilar, dónde podréis tener las mejores vistas de Oporto. Os aseguramos que esa última subida merece la pena, porque la vista de la colina cubierta por las casas de Oporto con el puente Don Luis I en primer plano se quedará en vuestra memoria para siempre en vuestro recuerdo. Y si queréis una estampa casi perfecta, esperad un poco hasta que pase el metro por el puente para tomar la foto perfecta.

Bueno, lo positivo de haber subido tanto es que, ahora, solo queda bajar. Intuimos que será casi la hora de comer, aproximadamente, por lo que os recomendamos un sitio auténtico para comer en vuestro primer día en Oporto. Se trata de Escondidinho do Barredo. Es un pequeño –solo siete u ocho mesas– restaurante familiar en el que todo se cocina al momento delante de ti. Un típico local de raciones para probar la gastronomía portuguesa. Es cierto que es un lugar tan típico y peculiar que puede que tengáis cola y os toque esperar un buen rato, pero hay que mencionar que las señoras que lo llevan dan de comer hasta que no queda nadie en la cola, siempre y cuando esté dentro de su horario. 

Intuimos que tras la comida, lo último que necesitáis es dar vueltas e igual queréis descansar un rato. Nosotros, al haber visto lo más relevante, nos tomamos la tarde libre y estuvimos investigando y callejeando por Oporto. No obstante, os recomendamos encarecidamente que veáis el atardecer desde Gaia y, que vayáis con tiempo porque siempre hay mucha gente y, sobre todo, si queréis verlo desde un sitio privilegiado, como puede ser el  Jardím do Morro Miradouro da Serra do Pilar. Realmente es algo precioso, siempre y cuando el día acompañe.

A la hora de cenar, nos decantamos por una tasca, por llamarlo de alguna manera, que había al lado del hotel. Se trata del Bar Gazela. En el mismo, ofrecen una especie de perrito caliente que para hacer una cena “light” no está mal, os animamos a probarlo.

Día 2: Iglesia de San Ildefonso, Plaza de la Libertad, Torre de los Clerigos, Iglesia del Carmen, Rua Santa Catarina y Capela das Almas.

En nuestro segundo día en Oporto, vamos aprovechar para ver el interior de la ciudad, la parte más alejada del río. Visitaremos varios de los lugares más famosos de Oporto, encontraremos más azulejos y recargaremos fuerzas con platos típicos de la ciudad… y algún dulce, no os preocupéis. De hecho, os habréis dado cuenta que se gastan muchas calorías, así que podréis comer sin cargo de conciencia.

Nosotros aprovechamos el tener la Iglesia de San Ildefonso cerca del hotel, por lo que fuimos a verla. Realmente, destaca la fachada con los azulejos azules y blancos típicos de Portugal, pero no es una iglesia que sea hermosa, pero no está de más echar un ojo. El edificio fue construido en la primera mitad del siglo XX y como característica os diremos que el revestimiento de azulejos de las torres y la fachada de la iglesia fue diseñado por Jorge Colaço. Unas once mil piezas dan vida a la iconografía referente a San Ildefonso, las alegorías eucarísticas y episodios del Nuevo Testamento. 

Una vez vista la iglesia, iremos calle abajo (con la consiguiente cuesta arriba, no os penséis) para ir hacia la Torre de los Clérigos, pero antes vamos a insistiros en un par de  paradas especiales. Bajando nos encontraremos con la Plaza de la Libertad (cuando fuimos estaba en obras, por lo que no pudimos admirarla). Es una de las plazas más importantes de Oporto. De hecho, la estatua ecuestre del centro es del rey Pedro IV de Portugal y I de Brasil. Fue él quien declaró independiente al país sudamericano y se autoproclamó emperador de Brasil. No obstante, y sin querer quitarle protagonismo a esta gran plaza, imagino que habréis oído hablar sobre el peculiar Mc Donald’s que tiene Oporto en medio de su ciudad y no es para menos. Estaros tranquilo, porque no os  vamos a decir que comaís y, menos aún, una hamburguesa de cadena de comida rápida… Os daréis cuenta de por qué os sugerimos que vayáis en cuanto veáis la decoración de su fachada y os asoméis a su interior modernista, ¿qué os parece? Bueno, tomemos ruta hacia la Torre de los Clérigos.  Es un edificio barroco diseñado por el arquitecto Nicolau Nasoni formando con su famosa torre un conjunto arquitectónico muy conocido en la ciudad de Oporto. Realizada en granito, la altura de la torre supera los 75 metros, los cuales se pueden ascender gracias a la escalera interior de más de 240 peldaños. En 2013, Portugal le dedicó una moneda conmemorativa de 2€. La Torre, así como su iglesia, está abierta al público y permite visitas, incluso durante la noche. El precio de la entrada es:

  • Adultos (Torre + Museo): 8 €.
  • Menores de 10 años: entrada gratuita.

De la que subís, podéis visitar su museo y ver el interior de la iglesia desde el coro y desde el techo. Eso sí, tampoco dejes de entrar cuando vuelvas abajo, que el acceso a la iglesia es gratuito –de los pocos de Oporto y hay que aprovechar–.

Después de visitar el primer día la catedral y la iglesia de San Francisco, entendemos que el segundo quieras racionar tus visitas religiosas. Una vez hayáis visto la Torre de los Clérigos, acercaros a la iglesia del Carmen para ver sus fachadas decoradas con los típicos azulejos portugueses… pero no hace falta que entréis. Son muchas las iglesias de la ciudad y, casi todas, cobran entrada.

Cerca de la Iglesia del Carmen, está la Leitaria da Quintado Paço, en el que podréis probar sus clásicos éclair, un bollo alargado relleno de nata. Será difícil la elección porque hay de muchos sabores –tienen distintas coberturas–, aunque todos con la nata que hizo famosa a la lechería, la leitaria, que todavía la sigue produciendo. A nosotros nos gustaron, pero seguimos prefiriendo los pasteles de nata de Lisboa, ¿vosotros?

Sobre estas horas puede que el estómago comience a rugir y necesitéis comer algo. Es por ello que vamos a seguir probando la gastronomía de Oporto, es decir, la francesinha. Nosotros os la recomendamos al 100%, pero está claro que hay que ir a sitios que sepan hacerla muy bien. Uno de esos lugares es la Cervejaria Brasão Aliados fue la más contundente. Atreveos o  pide media ración. Sea como sea, tenéis que probarla y disfrutarla. Por cierto, os recomendamos que reservéis mesa porque si no, es posible que os toque hacer cola y la verdad que el sitio merece la pena y el servicio es buenísimo.

¿Qué os ha parecido? es un plato que, comas la entera o media, te quedas lleno y es posible que no queráis ni cenar, pero antes de adelantarnos… vamos a bajar lo comido y que mejor manera que seguir haciendo turismo. Os repetimos que es mejor que callejeéis porque hay sitios muy cuquis. Uno de ellos se encuentra en la rua Formosa que es otra de las pastelerías clásicas de Oporto, la confitería del Bolhão. ¿Seréis capaz de asimilar tanto dulce? Tenemos que confesar que nosotros, aunque nos quedamos pegados a su escaparate, no nos atrevimos a entrar por el riesgo de subida de azúcar. Tampoco entramos en la Perola do Bolhão, pero nos acercamos a su fachada y escaparate.

Si seguimos subiendo, llegaremos a la Rua Santa Catarina (podríamos decir que es la calle comercial de la ciudad) y es en ella dónde haremos ciertas paradas. Una de ellas es el modernista Café Majestic. Os recomendamos una parada con su decoración de querubines y tallas doradas. Si os animáis a tomar un café, tened en cuenta que barato no va a ser, pero podéis hacer una foto desde el exterior pidiendo permiso, claro. Nuestra siguiente parada será la Capela das Almas, que se ubica al final de la rua Santa Catarina y es otra muestra más del virtuosismo portugués con los azulejos. Entre las escenas representadas está el martirio de Santa Catarina y en su interior, de acceso gratuito, también podréis ver más decoración de azulejos.

Como guinda del pastel para el día que llevamos, os recomendamos que deis un paseo por el puente de Luis I y disfrutéis de la tarde. Claramente, podéis callejear e incluso ir por otras zonas de Oporto, aunque recordad que las cuestas están a la orden del día… Nosotros aprovechamos la tarde para hacer un crucero por el río Duero. Para ello podéis acercaros a la ribera del río y encontraréis una gran oferta de cruceros, por lo que cualquier opción será buena. Otra opción es contratarla por medio de nuestro Civitatis y disfrutar de la tranquilidad y las vistas.

Día 3: Librería Lello y Miradouro da Vitoria.

Para el último día en Oporto, nuestra primera parada fue la maravillosa Librería Lello. Es una librería histórica que se hizo famosa por la saga de Harry Potter. De hecho, se cree que la escritora se inspiró en la escalera de la Librería Lello para la saga, aunque ella lo desmintió por Twitter. De todas formas, a nosotros nos pareció un sitio precioso a visitar si vas a estar 3 días en Oporto. Las vidrieras, las estanterías, los raíles del suelo…

Todo tiene encanto. La entrada a la librería cuesta 5 € y si compras un libro te descuentan el precio de la entrada. Hay cola siempre, pero si vas con niños pequeños, estás embarazada o eres una persona mayor, entras con prioridad. De todos modos, os recomendamos que entréis en su web y os anticipéis comprando la entrada, porque puede que vayáis y no tengáis hora ni para el mismo día… Aquí os dejamos el enlace de la Livraria Lello.

Tras la visita, más que obligada, nuestra ruta sigue por los alrededores de la zona. A unos pocos minutos, callejeando, encontramos un mirador con unas vistas impresionantes. El mirador se llama Miradouro da Vitoria. Si el día acompaña, tendréis una preciosa panorámica de la ciudad y las fotos quedan muy bonitas, por lo que no olvidéis de pasar por ahí. Cerca del mismo, hay unas escaleras que bajan al centro de la ciudad que, vayáis para la derecha o izquierda, no os pasará nada porque conoceréis distintos espacios.

Bueno… realmente queda poco más que ver en Oporto, pero si tenéis tiempo y queréis volver a ver cualquier otro sitio, es el momento. De todos modos, si estáis más de 3 día en Oporto, otra buena opción es conocer cualquiera de los pueblos de alrededor, como son: Braga, Aveiro, Guimarães, etc. aunque también tenéis la opción de visitar alguna bodega. ¡No será por opciones! 

Finalmente, agradeceros que hayáis contado con nosotros y con este blog para planear vuestro viaje a Oporto y realmente esperamos que haya sido de gran ayuda todo aquello que hemos dejado escrito en las líneas anteriores. Esperamos vuestros comentarios con ganas y solo nos queda deciros: ¡buen viaje y a seguir disfrutando!

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